Durante las jornadas, también se llevará a cabo el VII Congreso Latinoamericano de Injuria Renal Aguda.

El Congreso, que se realizará  en el Centro de Convenciones del Hotel Radisson, contará con la participación de 26 expertos de diversos países. Además, se prevé la asistencia de 500 personas, apuntó Ríos.

El primer día se tratará la injuria renal aguda. Allí el principal objetivo es instalar una propuesta para prevenir las muertes por insuficiencia renal aguda.

"Se trata de una propuesta de la Sociedad Internacional de Nefrología para que se reduzca a cero las muertes prevenibles por insuficiencia renal aguda. Esto implica un proceso de educación y de brindar una infraestructura sostenible para que se pueda hacer las técnicas de sustitución renal –sobre todo la diálisis- en todos los países", detalló Ríos.

En este escenario, el presidente del Comité Organizador subrayó que ese plan es "ambicioso" pero "aplicable" ya que cuenta con "plazos y metas".

El foco del segundo día está puesto en el Congreso Uruguayo de Nefrología. Allí habrá mesas interactivas donde los participantes van a votar en forma electrónica frente a casos clínicos que se le presenten.

"En Uruguay hay un programa de prevención de la enfermedad renal crónica, pionero en América Latina con 14.000 pacientes diagnosticados, registrados y tratados por nefrólogos. Con importantes resultados en cuanto a la reducción de mortalidad y el ingreso a diálisis", destacó Ríos.

En este marco habrá una mesa exclusiva de residentes de nefrología donde se tratará la enfermedad renal en el paciente añoso.

Finalmente, culminará con la tercera Jornada Rioplatense de Nefrología. Esto se llevará a cabo en conjunto con la Asociación Nefrológica de Buenos Aires y contará con la participación de su presidente, Guillermo Rosadier. Allí se tratarán los principales avances tanto en la hemodiálisis como en diálisis peritoneal.

Según estimó Pablo Ríos en Uruguay hay aproximadamente 2800 pacientes en diálisis y 800 transplantados. Destacó el Programa de Salud Renal que comenzó el año 2004. Se trata en forma más temprana y se controla previo al ingreso a diálisis.

El 55% de estos pacientes no ingresan a diálisis y se mantienen estables. A su vez, el  90% de los pacientes que ingresan a diálisis, lo hacen con control nefrológico previo.