En una entrevista en El Espectador,  el director del Centro, Henry Engler, confesó que en su momento pensó en renunciar y expresó que "la burocracia uruguaya es un dolor de cabeza". 

 

Hoy el instituto trabaja en una importante investigación que podría suponer una respuesta importante al Alzheimer, con impacto mundial. "Estamos mucho mejor", explicó el profesional, aunque se quejó de las numerosas auditorías a las que se los someten: "Con tres auditorías alcanzaría, pero como tenemos ocho. El tiempo que pasa el personal respondiendo y rellenando papeles es tiempo que se le quita de investigación", agregó.