Entrevista al Presidente del SMU en La República

Compartimos la entrevista realizada al Presidente del SMU en el Diario La República a cargo del periodista Marcelo Hernández

En la misma, el Dr. Trostchansky realiza un balance sobre diferentes aspectos del Sistema Nacional Integrado de Salud creado por la Ley 18.211, hace exactamente 9 años.

Nota completa:

ENTREVISTA. EL MÉDICO CIRUJANO JULIO TROSTCHANSKY, PRESIDENTE DEL SINDICATO MÉDICO DEL URUGUAY (SMU)

"Hoy el usuario de la salud no solo se conforma con acceder, sino que quiere y exige la mejor salud posible"

La salud de los uruguayos es uno de los temas que el gobierno de nuestro país de los últimos 11 años ha hecho especial hincapié con la promoción, entre otras acciones, de la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS).

En medio de ese proceso de cambio, uno de los actores fundamentales son los médicos, que son una de las caras más visibles de esta reforma.

La gran mayoría de estos profesionales se nuclean a nivel nacional en el Sindicato Médico del Uruguay (SMU), organización que ha acompañado los cambios, los ha apoyado, efectuado sugerencias, soluciones, y que también lo ha criticado cuando era necesario hacerlo, siempre obrando desde la experiencia y con el único objetivo de que los usuarios tengan la mejor calidad asistencial posible.

En ese proceso, el cual no es sencillo, hay cosas positivas y de las otras, fue figura destacada el actual presidente del gremio de los galenos, el médico cirujano Julio Trostchansky, quien ha ocupado en el SMU diferentes roles en los últimos 10 años.

Para ver lo cumplido y los debes de este sistema, desde la óptima del sindicato, y otros temas que hacen al hoy y al mañana de esta profesión, LA REPÚBLICA dialogó con el dirigente.

Usted ha tomado en los últimos años gran relevancia y notoriedad por sus opiniones y el papel que ha jugado, desde el SMU, en la reforma sanitaria. ¿Tiene pensado en el corto o mediano plazo dedicarse a la política partidario o de serle ofrecido, aceptar algún cargo de gestión en el Estado?

-Tengo claro que se está cerrando una etapa en el SMU. Nunca estuve afiliado a ningún partido político ni estuve en ninguna lista. Si soy votante de izquierda.

Cuando termine en junio de 2017 con esta presidencia, van a haber pasado 10 años en la directiva del SMU.

Soy joven, pero el camino nos obliga, según lo que he dicho, a dejar a los más jóvenes la posta. No por una cuestión personal sino institucional. El SMU necesita una visión que comience a cambiar otras cosas. En el futuro inmediato me veo sólo como cirujano.

Por su puesto, como todos, he tenido varias propuestas de trabajo en diferentes áreas.

¿Ha habido ofrecimientos directos de ocupar cargos de relevancia a nivel nacional en los temas relacionados con la salud?

-Si hubo, no le voy a mentir, y de lados que se sorprendería. Los menos pensados.

Uno de los aspectos destacados de la reforma sanitaria es la posibilidad de que se genere una complementación público-privada, como sucedió hace pocos días en Florida, pero como solución a una problemática relacionado con la atención pediátrica. ¿Cómo ve esta situación? ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo de esto?

-A principios del año que viene vamos a realizar una actividad en el Palacio Legislativo que tiene que ver con sistema sanitario, la reforma de la salud y donde estamos.

La complementación es fundamental dentro del progreso de la reforma.

Vemos que estamos perdiendo una oportunidad única de terminar con el proceso de reforma en su primera etapa ay profundizar otros.

La solución a lo de Florida marca el primer mojón y la primera vez que se le da un contenido real a la palabra complementación púbico-privada, hasta ahora se veía como una venta de servicios.

ASSE compraba servicios a las mutualistas, porque no completaba sus prestaciones asistenciales y con esta solución cambia esa perspectiva. Introduce otros elementos a la conversación, que el SMU viene planteando desde hace tiempo, que tiene que ver con tema de escalas, de no reproducir ni duplicar estructuras, Recursos Humanos (RR.HH.), tiene que ver con generar una situación equitativa a la hora de favorecer esas complementaciones. Donde todos ganan. Y además, donde se terminan generando procesos asistenciales similares para toda una población referenciada.

¿Florida es un buen ejemplo?

-Florida tenía una situación complicada porque se cubría parte, no todo, entre el subsector público y el privado.

Los usuarios de ASSE, por ejemplo, además de tener días que no había guardia, no tienen cubiertas la asistencia domiciliaria pediátrica.

Con esto se logra generar un proceso asistencial igual para toda la población, que en este caso son los niños de todo el departamento.

No se justifica duplicar los servicios, y de esta forma se cubren todas las prestaciones necesarias.

Un plus es que se cumple con los Cargos de Alta Dedicación (CAD), que generan muchas cosas buenas para el lugar, y esencialmente para la gente que se atiende. Fidelizan los RR.HH., los mantiene en el lugar y permite proyectar con más certezas. Y empareja para arriba. Y esto además en un contexto de que cada una de las instituciones mantiene su perfil.

Esto marcará un espejeo donde reflejarse y repetir estas experiencias en otros lados de nuestro país, que significa que el SNIS mejore.

Se dio gracias a que el MSP pudo llenar de contenido lo que venía diciendo y que nosotros apoyamos. Lo que no es lo mejor es que esto se dio para solucionar una situación conflictiva, pero hay que tomarlo como una oportunidad para generar acuerdos.

Vamos a buscar un mecanismo de medir resultados y enmendar los errores.

Esto no es solo en el interior, sino que también pasa en Montevideo, más allá de ser prestadores integrales, no tienen que tener todo dentro de sus instituciones. Hay que revisar las áreas en las que se requiere complementación, tanto de RR.HH. como de tecnología.

Otro aspecto a destacar es que debemos generar centros de referencia que concentren RR.HH. y tecnología específica para determinada patología, pero sin concentrar poder. Lo de Florida va a tener un impacto en cadena, que va a tener como consecuencia que se generen situaciones similares en todo el país.

¿Estos mecanismos están previstos por ley? ¿Sería sacarle el máximo de provecho a que somos chicos y pocos?

-Es así. La Junasa tiene que tener un rol más activos y generar las políticas necesarias para que esto se concrete. El MSP es el regulador y debe ayudar para que esto se concrete.

Una ley de centros de referencia va a entrar al Parlamento, según nos dijo el ministro Basso. El SMU hizo sus aportes en el tema. Eso va a generar un cambio cultural. Esto requiere que en este proceso tome un rol activo ASSE que hoy aun no lo tiene porque la reglamentación del SNIS lo dejó fuera de la Junta Nacional de Salud (Junasa), un prestador que atiende 1,2 millones y que más socios Fonasa tiene, y que por lo tanto cualquiera de sus acciones tiene repercusiones en el sistema, tiene que estar representado dentro de esta estructura.

El Directorio de ASSE tiene que tomar un rol activo en solicitar su participación y después de estar ahí comenzar esta discusión de políticas sanitarias en conjunto, y que la complementación sea tan real como en Florida. Allí el SMU tuvo un rol activo, y esto fue reconocido por los pediatras y por el MSP.

Y en lo que refiera al tamaño del país, no nos podemos permitir que existan inequidades, somos una población manejable desde el punto de vista sanitario. Debemos apostar al cambio del modelo de atención y también en el de gestión sanitaria.

Para ejemplo un botón, hoy nos resulta complejo para los socios de una instituciones de Montevideo asistirnos cuando estamos en el interior. Que no haya problemas administrativos. Cosas obvias, pero que se siguen discutiendo. Tenemos que dejar eso y pasar a la acción.

Las leyes están y no se cumplen, o lo que es peor, se ignoran

-Cada gobierno, cada ministerio, cada persona tiene diferentes formas de ver como se llevan adelante los temas. Desde el SMU seguimos muy de cerca la reforma de la salud. Tenemos en claro cómo se gestó, que posibilita la ley, que incorpora, e impulsa desde la ley los cambios. Requiere control, seguimiento y un equipo estable. La reforma del Estado que no ha llegado es la que nos permite que los que están aptos para una función permanezcan en sus cargos más allá de los partidos políticos que están en el poder. Que los evalúe por los resultados, por las responsabilidad cumplidas. Si se corta el equipo cada cinco años, y aun siendo del mismo partido de gobierno, se genera un revisionismo y eso inevitablemente genera que se enlentezca el proceso. Se disminuye la exigencia que se le tiene al que llega porque se entiende que recién llega, se está adaptando, requiere un cierto tiempo.

Ninguna organización o empresa exitosa cambia todo su cuadro gerencial y mandos medios cada 5 años. Sin embargo, el Estado se da el lujo de hacerlo. No digo que sea de mala fe, pero se refleja en la celeridad o no de los cambios.

¿Cuáles son las observaciones principales que le hace al SNIS que podrían contribuir a mejorar este sistema?

-No lo inventamos nosotros, pero debe estar en el centro el tema de la calidad. Esto implica discutir hacia donde queremos ir, como lo vamos a hacer, como lo vamos a medir, que vamos a hacer con los resultados alcanzados. Si viene ha habido algunos avances, todavía no ha tenido un reflejo real dentro de la gestión, ni dentro de las instituciones ni dentro del regulador.

Estamos lejos de empezar este camino. Los centros de referencia, la complementación, la alta dedicación tienen que ver con esto. Tenemos que avanzar en temas sanitarios con una mirada mucho más global, que no tenemos. Hay que trabajar teniendo referenciados nuestros RR.HH., la infraestructura. Tener un mapa sanitario, tener en claro los caminos, donde están los recursos. Donde se pueden atender de determinada cosa y donde no. Estamos faltos y atrasados en construir un sistema de traslados, de emergencia y atención de los politraumatizados. Esto repercute diariamente.

No es solo tener los recursos sino tenerlos en un formato de sistema, saber cuáles son los distintos eslabones de la cadena que tenemos y enlazarlos uno con otros para que al final el resultado asistencial sea el mejor. En este tema de la calidad nos falta profundizar más. Ese debe ser el eje de la competencia sanitaria de las instituciones. Hoy solo compiten en un formato de cuanto tengo que pagar por un ticket o en función, si tiene el último tomógrafo. Esto nos hace pensar que lejos estamos que el sistema este compitiendo por calidad.

Estos elementos van a generar un salto por competencia de calidad y que toda la gente tenga libertad de elección. Hoy hay 800.000 que no lo tienen.

Eso genera un desestimulo en ASSE para mejorar, porque tiene los usuarios asegurados y los RR.HH. tenemos nuestros sueldos igual.

Sabemos que esto no se puede hacer de un día para el otro. Esto se lo planteamos al presidente Tabaré Vázquez. Esto pondría a todas las instituciones de igualdad de condiciones. Los obligaría a competir en términos de brindar la mejor calidad posible, y esto redundaría en un beneficio para los usuarios

Otros debe de la reforma están referidos a lo asistencial. Hoy el usuario de la salud no solo se conforma con acceder, sino que quiere y exige la mejor salud posible. Es un tema de responsabilidad.

Atención al límite de lo éticamente aceptable

Consultado de cómo ve la reforma del Hospital de Clínicas y la postura del Consejo del Claustro de la Universidad de la República de decirle no a la posibilidad de que la obra se haga a través del sistema de participación público-privada (PPP), Trostchansky dijo que "digo siempre que no hay ningún principio ni ningún dogma que pueda ir más allá de los derechos de los usuarios a atenderse en el Clínicas de tener la mejor calidad asistencial y adecuada.

No podemos condenar a la población y a los profesionales a brindar una asistencia que en algunas áreas que están en el límite que éticamente como profesionales podemos aceptar, si bien hay algunas áreas que están muy bien".

Agregó que "esta propuesta viene de las autoridades que fueron elegidas por la gente, son la representación de la sociedad. No nos podemos parar que no la vamos a analizar.

Al final del camino, tras analizarla, podemos decir que no es buena, que pueden hacerse otras. Desde el principio ha habido una oposición ideológica de la PPP sin un sustento de análisis, lo que nos debemos como universitarios.

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lunes de 05 de diciembre de 2016