Falleció María del Luján Jauregui (1925-2014)

Falleció en Montevideo el 2 de agosto de 2014. Nació en la ciudad de Colonia el 7 de marzo de 1925. Egresó de la Facultad de Medicina en octubre de 1955. Se especializó en Clínica Médica y en Nutrición y Gastroenterología. En el ámbito sindical, más conocida como "Lula" Jauregui, una mujer entrañable.
Por Antonio Turnes.
Aunque nació en la ciudad de Colonia del Sacramento, al mes la llevaron a Tarariras, donde vivían sus padres, que por diez generaciones anteriores, eran todos vascos. Su abuela llegó al Uruguay en 1848. Fue hija única. Se casó y tuvo tres hijos. No fue a la escuela, porque sus padres vivían en el campo y ellos fueron sus primeros maestros. En los seis meses previos a rendir el examen de ingreso a Secundaria, le pusieron una maestra particular para que le ordenara los conocimientos, y así hizo un excelente examen. Vivía en el corazón del campo, haciendo una vida como los chicos del campo de la época: andar a caballo para ir al pueblo, correr carreras de caballos.
En la etapa liceal le gustaba la Biología, la Química, la Física, la Literatura, pero poco le importaban las Matemáticas.
Fue al liceo en "Las Alemanas", en Montevideo, donde se trasladó con su familia. Su padre administraba el campo desde la capital y su madre era ama de casa. Pero durante las vacaciones pasaba tres meses en el campo.
En su casa había muchos libros y ella aprovechaba para la lectura, particularmente encantada por Emile Zola, que fue su ídolo. Otro ídolo fue su padre, con quien tenía una relación muy fuerte y fluida.
En su juventud tuvo grandes dudas sobre si hacer literatura en forma curricular, o continuar Medicina, cuando ya estaba cursando el tercer año de Facultad. Pero se definió por la última, aunque siempre cultivó su gusto por la lectura.
Se considera ante todo una médica internista, aunque por su interés en las afecciones hepáticas, ganó por concurso la Jefatura de Clínica de Gastroenterología, que desempeñó íntegramente. Su mayor dedicación fue a la Medicina Interna y a actuar en Servicios de Emergencia, sobre todo los de carácter docente, como en el Hospital de Clínicas.
Fue Ayudante de Clase de Bioquímica.
Su participación en el Sindicato Médico se destacó, inicialmente, en el campo de la atención médica de las Huelgas de Hambre. Pero luego se volcó a otros aspectos de la defensa de los Derechos Humanos, en el más amplio sentido. Así se ocupó de la salud en las cárceles; de la organización de los servicios sanitarios en esos establecimientos; de los derechos de las minorías. Durante más de 40 años orientó un grupo que fue referente internacional en la atención y seguimiento de las personas en huelga de hambre, junto a los Dres. Guillermo Mesa, Mario de Pena, Alicia Ceres y otros colegas. Ella lo contó así:
"Yo trabajaba en la Clínica de Morquio (Atilio), era Profesora Adjunta, y Morquio me hizo el planteo y a mí me pareció bien (la atención de la huelga de hambre de los Bancarios). Fue allá en la Catedral – los huelguistas llenaban los pasillos – y allí hicimos un régimen que todavía el SMU apoya porque ha demostrado ser apropiado. Después hubo varias huelgas más y ya Morquio no podía ir; entonces el Sindicato me mandaba a mí y a mí me gustaba".
"En aquel momento no había legislación prácticamente por parte de instituciones jurídicas internacionales sobre el tema – ahora hay bastantes -. Por supuesto que es una gran contradicción; hacer huelga de hambre implica siempre un riesgo potencial de vida y el objetivo primero del médico es el de precisamente conservar la vida. Y este conflicto se salva haciendo una serie de acuerdos básicos, es decir, que el huelguista y el grupo de apoyo tienen que aprobar ciertas medidas tendientes a mantener el estado vegetativo del huelguista. El régimen que nosotros planteamos sólo permite controlar que el huelguista no se vaya a "desintegrar" – pero no más -. Y lo otro es el momento del retiro del huelguista; esa decisión pasa a ser privativa del médico y sólo se puede acatar. Lo que pasa es que en realidad nadie hace una huelga de hambre para morirse. El huelguista no es un psicótico sino que es un individuo que toma una medida muy espectacular, con un fin. Entonces, en realidad, las contradicciones son mucho menores que en otras situaciones de la Medicina". "Ha habido primero una larga conversación entre los huelguistas, el grupo de apoyo y el médico – que no tiene que verse como el protagonista de la cosa sino como poco más que la cama -. Y cada uno debe quedarse – creo yo – en sus funciones específicas. El médico que colabora en una huelga de hambre no puede ser un huelguista, sino solamente un médico. Uno de los peligros es confundirse y "ponerse la camiseta". Aunque la tengas puesta, no se te tiene que ver nunca durante la huelga".
Fue afiliada al SMU desde 1946, pero antes estuvo afiliada a la AEM.
Fue Jefe de Clínica Médica con el Profesor Héctor Franchi Padé. Trabajó con los Profesores Pablo Purriel, Julio Arzuaga, Atilio Morquio y Benigno Varela Fuentes, que considera sus máximos maestros.
Trabajó once años en el Departamento de Emergencia del Hospital de Clínicas, que fue siempre su mayor aspiración.
En 1991 fue delegada del SMU al Grupo de Estudios del Sistema Carcelario del Uruguay, un trabajo complejo realizado con el Ministerio del Interior, que reunió a un grupo multi e interdisciplinario en el que había delegados de la Iglesia, de SERPAJ, de IELSUR, de SERSOC, del SMU, diputados y profesionales a título personal. Allí relevaron prácticamente el 80% de la población carcelaria de la época, en un trabajo duro y difícil. Trabajó por largos años. Concluyó en lo personal, que el sistema carcelario es ignominioso. Al respecto decía: "Uno tiene que acordarse de una cosa que parece que todos olvidamos: el preso es alguien que está privado de su libertad de desplazamiento y de voto. Pero tiene derecho a una buena alimentación, a una vivienda digna, a estar en contacto con su familia… El 58% de los presos uruguayos estaba en "Libertad", en una cárcel hecha para destruir a la persona, pensada para presos políticos. Fue invivible durante la dictadura y después también. ¿Y el derecho a la educación? En "Libertad" había tres maestros: uno para la censura, otro para evaluar penas y ¡un tercero que aparentemente cumpliría sus funciones de maestro! ¡No es posible! ¿Y las cárceles del interior? ¡Hay más de una que parece una mazmorra! La situación carcelaria es terrible."
Cumplió el pasado mes de marzo 89 años. Su militancia sindical fue emblemática. Una mujer que a pesar del paso de los años siguió defendiendo los derechos humanos y los derechos de los colegas, tanto del sistema público como privado, con la vitalidad de su juventud. Siempre se expresó con gran libertad y sin pelos en la lengua para cantar sus verdades. De profunda fe cristiana, llevó a la práctica, hasta el límite de sus fuerzas, las enseñanzas del Evangelio.
Se ha perdido a una referente inigualable, a una mujer sabia y valiente.
martes de 05 de agosto de 2014