Valor agregado del ciclesonide en tratamiento crónico del asma

En 2014 se realizó en el Departamento de Farmacología y Terapéutica una actualización del rol de cliclesonide en el tratamiento crónico del asma. Es un glucocorticoide inhalado de reciente aprobación en el mercado, aún no disponible en nuestro país.

Los glucocorticoides (GC) inhalados son los antiinflamatorios más eficaces en el control del asma enfermedad, y todos han demostrado ser similares en este aspecto.  Disminuyen los síntomas, previenen exacerbaciones, mejoran la función pulmonar, disminuyen el uso de β2 agonistas y mejoran la calidad de vida. Estos beneficios se consideran como efectos de grupo, es decir que no existen diferencias importantes del punto de vista clínico en alcanzar estos beneficios con ninguno de los corticoides disponibles utilizados a dosis equipotentes. Ciclesonide ha sido considerado una novedad en aspectos vinculados a su seguridad y conveniencia. Fue aprobado en 2004 en el Reino Unido y en el año 2008 por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos para el tratamiento del asma, en pacientes mayores a 12 años. 

 
Sólo 10 a 20% del fármaco inhalado llega a las vías respiratorias; el resto es deglutido y eliminado por vía gastrointestinal, y una pequeña proporción absorbida desde el tubo digestivo y el tejido pulmonar a la circulación sistémica. Ciclesondide es un profármaco que se activa a desisobutyril-ciclesonide (des-ciclesonide) tras su hidrólisis enzimática a nivel pulmonar, que presenta mayor afinidad por el receptor glucocorticoide y genera uniones reversibles con los ácidos grasos conjugados a nivel pulmonar, por lo que su efecto es en teoría más duradero; esta característica permitiría administrarlo en monodosis. Sin embargo, en los ensayos clínicos no queda clara su eficacia en este intervalo de administración, por lo cual la FDA recomienda su uso cada 12 horas.
 
Los efectos adversos más frecuentes de los glucocorticoides inhalados son locales: disfonía y candidiasis, debido al depósito del fármaco en la bucofaringe. Los sistémicos, como la disminución de la densidad ósea, supresión del eje adrenal, cataratas oculares y disminución de la velocidad de crecimiento, se observan en general a partir de dosis moderadas (mayores a 200 microgramos de budesonide o equivalente). Ciclesoinide ha mostrado menor incidencia de candidiasis orofaríngea en un metaanálisis.  Se ha propuesto como hipótesis su necesidad de activación a nivel pulmonar a desciclesonide, característica compartida con beclometasona. No se encontraron diferencias significativas en efectos adversos sistémicos en comparación con fluticasona, budesonide y beclometasona.
 
Se realizaron dos revisiones Cochrane en 2009 y 2013, con pacientes de todas las edades y menores de 18 años, respectivamente, para analizar el perfil de eficacia y seguridad de ciclesonide en el tratamiento crónico del asma. Se analizaron variables primarias tanto clínicas como paraclínicas. Ninguna concluyó que ciclesonide presentara beneficios considerables en eficacia con respecto a otros corticoides disponibles en el mercado, como fluticasona, budesonide y beclometasona. A su vez, los ECC incluidos para el análisis presentaron importantes sesgos. 
 
Frente a estos hallazgos es cuestionable el valor agregado de ciclesonide a la terapéutica del asma. Si bien hay resultados contradictorios al respecto, la posibilidad de administrarlo en monodosis sería un factor beneficioso a considerar a la hora de seleccionar el tratamiento (mayor conveniencia).  La menor incidencia de candidiasis orofaríngea no parece ser una ventaja de impacto clínico considerable, ya que la medidas de higiene bucal disminuyen fácilmente su aparición. 
 
Por: Artagaveytia P., Galarraga F.,Catenaccio V., Telechea H
Fuente: Boletín Farmacológico del Hospital de Clínicas.
 

lunes de 15 de junio de 2015