Médicos Sin Fronteras: "No hay nada que celebrar"

Ser Médico conversó con David Cantero Pérez, director de la oficina regional de Médicos Sin Fronteras, sobre las diversas agresiones que vienen sufriendo a hospitales y personal humanitario.

Días atrás, David Cantero Pérez, director de la oficina regional de Médicos Sin Frontera, visitó Uruguay con el objetivo de presentar una muestra fotográfica realizada por los 40 años de la organización. Hoy, en charla con Ser Médico, este profesional considera que "no hay nada que celebrar". 

"Lo que más nos gustaría celebrar es desaparecer como organización humanitaria y creo que hoy, más que nunca, seguimos siendo muy necesarios. Siguen existiendo grandes crisis olvidadas en las que a veces somos los únicos o parte de los pocos que estamos asistiendo a la población", dijo Cantero a Ser Médico. 

En la franja de Gaza "el personal sanitario se encuentra bajo fuego", señala un comunicado de Médicos Sin Fronteras. El pasado fin de semana, la ONG fue testigo de la muerte de dos paramédicos en un hospital. A su vez,  en la mañana del domingo "un coche de MSF claramente identificado pudo escapar de un ataque aéreo. Las autoridades israelíes habían garantizado poco antes la seguridad para este coche de MSF que iba a recoger a un equipo de cirujanos al paso fronterizo de Erez para llevarles hasta la ciudad de Gaza", narra el comunicado.

"La ayuda humanitaria, el personal médico y las estructuras sanitarias tienen que ser respetadas por todos los actores armados", dijo a Ser Médico Cantero Pérez. "Tristemente esto no sucede en muchos de los conflictos en los que estamos actuando, como es el caso de la República Centroafricana donde hemos tenido casos muy graves de ataques a hospitales e incluso a varios de nuestros compañeros, en Sudán o en Gaza donde tuvimos víctimas mortales por el bombardeo israelí", agregó.  

MSF en Uruguay

Si bien en Uruguay no hay una política de reclutamiento activa, Cantero señaló que la organización  cuenta con varias decenas profesionales uruguayos (no sólo médicos) trabajando con ellos.

Los requisitos son exigentes, sobre todo en idiomas. Luego se realiza un proceso de selección y finalmente se le asigna la primera misión. La persona no puede elegir, pero sí rechazar una oferta.

"Desde hace algunos años, la organización decidió remunerar a su personal, aunque como ONG que somos está muy lejos de lo que un médico especialista podría cobrar en su país de origen. Depende mucho de la experiencia de la persona, del perfil y del cargo. Podría empezar cobrando en el rango de los 700 euros.  A parte de eso, la persona recibe comida y alojamiento", señaló Cantero.

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viernes de 25 de julio de 2014