Rector de la Universidad de la República

 

Despedimos hoy con profundo pesar a una de las más grandes personalidades del Uruguay, Horacio Cassinelli Muñoz. La magnitud de esta pérdida se corresponde con la magnitud de la personalidad del ser humano, el profesor, el universitario, el ciudadano que se nos ha ido para siempre pero perdurará en la memoria de todos.

 

Es una inmensa pérdida para la Facultad de Derecho y el derecho uruguayo en general, para la Universidad de la República y para todo el país.

 

Inmensa pérdida para la Facultad de Derecho

 

Jurista eminente, de mentalidad profunda y clara y acendrado sentimiento de los valores que el derecho procura realizar en una sociedad democrática, Horacio Cassinelli Muñoz estuvo siempre en la cima del pensamiento jurídico uruguayo. Ha sido y seguirá siendo un ejemplo para todos los que se dedican a las disciplinas jurídicas, que en sus libros y artículos encuentran inspiración para sus labores.

 

Nació en 1932, culminó su carrera en 1955 obteniendo el título de Doctor en Derecho y Ciencias Sociales que lo habilitó para ejercer la profesión de Abogado, y casi de inmediato inició una carrera docente que lo llevó, en junio de 1970, a ser designado Profesor Titular de Derecho Constitucional. Paralelamente fue también Profesor Titular en las Facultades de Ingeniería y de Ciencias Económicas y Administración. Y cuando se retiró de la docencia activa, con toda justicia, fue designado Profesor Emérito.

 

Según cuentan sus compañeros de Liceo, su vocación por el derecho comenzó de una manera peculiar. En el primer ciclo de Enseñanza Secundaria había brillado en todas las asignaturas, pero sobre todo en ciencias. Sus compañeros se sorprendieron cuando, en lugar de inscribirse en Preparatorios de Ingeniería, como ellos suponían, lo hizo en Derecho. Su explicación fue sencilla y directa: "voy a estudiar derecho porque debo fortalecer lo que tengo más flojo, que son las ciencias sociales". Por cierto, no abandonó nunca su vocación científica, y también culminó el profesorado de Matemática.

 

La Facultad de Derecho y Ciencias Sociales nunca podrá congratularse suficientemente de la opción hecha por el joven Cassinelli. Tanto en la docencia directa como en la investigación y la producción científica, fue construyendo una obra monumental, contenida en libros, artículos, notas de jurisprudencia y administración, que se destaca en la ciencia jurídica uruguaya por su notable calidad. Impulsó asimismo la producción de muchos otros juristas, estimulándolos a crear, y en particular desde la dirección de La Revista de Derecho, Jurisprudencia y Administración fue un tenaz –casi podría decirse implacable– aguijón que impulsaba a muchos a pensar, escribir y publicar ensayos jurídicos.

 

Muchas de sus interpretaciones originales y siempre fundadas en una lógica impecable y en una completísima información se han convertido en criterios generalmente aceptados en materia jurídica. Su conciso y sustancial Derecho Público, editado en 1967 sobre la base del curso que dictó ese año en la Facultad de Ciencias Económicas y Administración interpretando por primera vez la Constitución promulgada ese mismo año, es obra de imprescindible lectura para todo el que quiera conocer el Derecho Constitucional uruguayo. Ha tenido varias actualizaciones, en las que Cassinelli fue incorporando los cambios del Derecho Positivo.

 

Muchos de sus artículos y ensayos –cuya reciente recopilación abarca más de 1.300 páginas- han sido un aporte fundamental para el Derecho Público nacional, y son fuente inspiradora de la doctrina y la jurisprudencia uruguayas en numerosos temas. Baste mencionar, como ejemplo, algunos de ellos: "Vías y efectos de la solicitud de declaración de inconstitucionalidad", "Oposición superviniente: ¿derogación o inconstitucionalidad", "La delegación de atribuciones en la Constitución uruguaya", "El interés legítimo como situación garantida en la Constitución uruguaya".

 

Inmensa pérdida para la Universidad de la República

 

Horacio Cassinelli Muñoz fue un universitario cabal, y lo demostró en numerosos aspectos. Integró numerosos órganos de cogobierno, fue consejero, claustrista y sobre todo tuvo un papel fundamental de asesoramiento en el proceso mediante el cual, por la acción espontánea de los órdenes universitarios, la Universidad recuperó su autonomía, como debió reconocerlo la primera ley promulgada en 1985, al restablecerse la democracia.

 

Fue también, durante varios años, Asesor Jurídico de la Universidad de la República, y sus dictámenes siguen siendo citados muchos años después de su cese como interpretación autorizada de la Constitución, de la Ley Orgánica y de los estatutos, ordenanzas y reglamentaciones de la Universidad.

 

Inmensa pérdida para el país todo

 

Finalmente, Horacio Cassinelli Muñoz fue también un ciudadano ejemplar. Muchos de sus luminosos dictámenes fueron escritos como colaboración con comisiones parlamentarias u otros órganos públicos que requerían su aporte.

 

Nunca vaciló en sus convicciones democráticas, y enfrentó con firmeza a la dictadura que sufrió el país, como en el plano universitario se había enfrentado a la intervención de nuestra Casa de Estudios. Cuando una ley arbitraria e injusta pretendió establecer la impunidad de quienes habían cometido los peores crímenes de nuestra historia, Horacio Cassinelli Muñoz fue de los primeros en incorporarse a la Comisión Nacional pro Referéndum, a la que aportó la claridad de su pensamiento y la profundidad de sus conocimientos jurídicos.

 

Horacio Cassinelli Muñoz, jurista eminente, universitario cabal y ciudadano ejemplar: en nombre de la Universidad de la República te despedimos hoy con profundo dolor, pero al mismo tiempo con la seguridad de que tu vida y tu obra permanecerán en nuestro recuerdo y seguirán siendo fuente de inspiración para nosotros.