Lea el discurso completo del presidente Mujica

A continuación, puede acceder al discurso completo del presidente de la República, José Mujica, durante el plenario final de la 9na Convención Médica Nacional.

Discurso de José Mujica:

Al cuerpo de oficiales encargados de defender la vida y la salud de la Nación, darles un efusivo abrazo y reconocer que estamos lejos de la perfección. Que siempre se puede hacer un poco más, que en esos grupos que ustedes hicieron para la discusión parece que había que incluir uno -en los médicos, en los políticos y los ciudadanos: ser mejores, nosotros mismos. Ser mejores de corazón.

Pero acá, en el seno de este gremio, creo esto tiene una importancia capital porque no existe ningún valor más importante arriba de la tierra que la vida. Que todo lo demás resulta secundario y que estar vivo es casi un milagro. Pero que la vida se nos escapa, se nos está yendo, se nos va a todos. Y que la vida merece defenderla al máximo.

El adelanto tecnológico de los últimos cien años, parece que nos regaló 40 años más en promedio arriba del planeta y ésta debe de ser la hazaña más grandiosa que ha podido lograr la humanidad. 

A su vez estamos sometidos en una sociedad, en un océano de consumo, de tironeo, donde todo es empresarial, donde necesitamos sanamente ganar más y más porque más queremos tener. Y se nos crea una contradicción de fondo. Los médicos, que son los que más tienen que dar, son sujetos a un momento histórico, no pueden escapar a la cultura de su tiempo, de su pueblo, de su Nación. Y esas cosas nos crean contradicciones y decimos cosas dolosas. Pero a dónde vamos. Cuál es un mundo sin galeno. Quién se encarga de defender la vida.

Ahora no están de moda los viejos y yo soy viejo y, por lo tanto, me hago cargo del reumatismo, de las canas, de las arrugas, de las mataduras y de mi juventud que, como la de tantos otros, prendida fuego por sueño de un mundo sin clase. Hoy tengo que luchar por el presupuesto, que llegue a fin de mes, y remendar agujeros y convivir y no traicionar los sueños juveniles, pero darse cuenta de que este mundo no es un valle de lágrimas, no puede ser un valle de lagrimas y hay que pelear para que la gente hoy viva lo mejor posible esta vida. Pero si la felicidad no la tenés adentro, no te la van a regalar, ni la vas a ganar con plata. O la tenés adentro o no la tenés.

Ustedes son una cosa muy importante porque monitorean el dolor, la angustia. Viven momentos de quebranto, pero no pueden escapar a las contradicciones de nuestro tiempo y nuestra época. Y si no pueden arreglar los problemas que tienen, por lo menos reciban un abrazo de un viejo luchador social que no es un presidente de ocasión, sino que no es otra cosa que una especie de quijote en un tiempo en el que no hay más lugar para los quijotes.

Vea el discurso:

 

miércoles de 11 de junio de 2014